Es entendible que las altas nóminas que cobran los abogados de estos cuatro acusados y, por extensión, las de las defensas de los otros tres imputados (el propio Galipienzo, su testaferro, José Luis Ruiz Bartolomé y la arquitecta municipal que avaló la operación, Nuria Alás), obliguen a solicitar al juez el sobreseimiento de los cargos que se les imputan (cohecho, con penas de hasta dos años y cuatro meses de cárcel y fuertes multas), lo que es más difícil de entender es que el ministerio público, representado en este proceso por el Fiscal Jefe de la Audiencia Provincial, Javier Muñoz, también lo haga. Y es que Muñoz fue el primero en pedir la reprobación de la acusación popular, basando su argumentación en la supuesta falta de legitimidad de un partido político para ejercer tal función.
De su exposición ante el Tribunal podría deducirse que el jefe de los fiscales navarros en primer lugar no cree que los partidos políticos sean representantes de la ciudadanía y ello les otorgue legitimidad para actuar en defensa de los intereses de ésta y, en segundo lugar, parece que Muñoz entiende la personación de Aralar como una especie de usurpación de sus funciones. Y es que llegó a afirmar que la acción popular “altera el proceso” puesto que sólo responde a “intereses políticos” obviando que fue el concurso de esta acción, así como la ejercida en su día por los concejos del valle, el que impulsó la instrucción del caso.
Respecto a la usurpación de funciones, mantener que ya están personados en el juicio una acusación pública, la ejercida por él mismo, y una acusación particular, la que representa al Ayuntamiento de Egüés, y afirmar que ambas son las únicas con legitimidad para acusar (sólo señalan como posibles culpables a Galipienzo, Ruiz Bartolomé y Alás), supone poco menos que expresar con total prepotencia que su ministerio nunca yerra, además de cuestionar abiertamente, y no sólo para este caso, la figura de la acusación popular y el derecho constitucional que la sustenta.
La Justicia no debe ser un coto privado de egos, sino un foro en el que se juzguen hechos y se determinen responsabilidades y, desde luego, la exculpación directa de los corrompedores, no parece la manera más apropiada de erradicar una conducta tan execrable como la de la corrupción de la clase política. Sólo por eso, el fiscal debería haber defendido la legitimidad de un partido político para velar por el correcto funcionamiento de la Administración.
miércoles, 6 de mayo de 2009
El fiscal jefe, Javier Muñoz, y su lamentable papel
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2 comentarios:
Para entender el papel de Muñoz hay que conocer el entorno social en el que se rodea. Una urbanización elitista y privada como Alzuza y con vecinos implicados a través de sus empresas en el caso. Y no hablamos de vecinos de bloque VPO, sino de vecindario de chalets, con guarda de seguridad y unos "pocos privilegiados" viviendo de muros para adentro.
Durante le primera fase de la instrucción, esa que llevó la insigne juez "Doña nosequé Alemán", pasaron los imputados por el juzgado de Aoiz sin preguntas del fiscal. Más tarde el marido de la juez fue colocado en algún cargo de Caja Navarra y la juez ascendida.
La instrucción fue una chapuza sin precedentes, con secretos sumariales injustificados. Las cuentas de los investigados no pudieron ser consultadas en su totalidad (por ejemplo las que afectaban a Construcciones Flores que siguieron siendo secretas no se sabe a cuenta de qué).
El fiscal jefe, en vez de acusar a nadie, se limitó durante toda la chapuza de instrucción a sacar a gente de Aricam del proceso y obvió, que quienes promovieron la denuncia, habían denunciado 10 puntos que demostraban los tratos de favor que de forma continuada había dispensado Galipienzo a Flores. Su única preocupación y sus únicos logros fueron ir sacando gente del sumario y no se dignó a entrevistarse con los que denunciaron el caso.
Es un tema complejo. Una denuncia con 10 puntos que posteriormente fue avalado al 100% por la cámara de Comptos y que no se ha instruido (utilizando su lenguaje asqueroso) ni de forma indiciaria.
Diez puntos que suponían una serie prevendas y miles de euros a favor a los promotores de Gorraiz que no se han querido investigar ni se han molestado en no investigar. Simplemente se han obviado. No se ha argumentado la exclusión de los diez puntos ni se han sobreseido por falta de pruebas. Simplemente se han “no mencionado”.
Lo de la parcela S.2.2. es una cosa más de todo lo que había. Es importante no olvidarlo.
Si el fiscal hubiese sido mínimamente legal se hubiese auto-excluido del proceso por afinidad con los imputados.
Ahora tenemos un proceso con tropecientos mil abogados defensores, la acusación del Ayuntamiento que defiende a los imputados y un fiscal que defiende a los imputados, al abogado del Ayuntamiento y a sus vecinos.
Esperamos mucho de éste juicio. Mucho, mucho. Como la trucha al trucho.
Gracias por colocar el link a mi blog.
Un saludo
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